¿Cuál es el origen de las barbas?
¿Y su finalidad?
¿Como surgieron las barbas?
¡Sigue leyendo para conocer la historia de las barbas!
Casi nadie discutirá que una barba está destinada específicamente para llamar la atención. Esta forma de manifestación la conocían también los hombres de numerosas culturas avanzadas de la Antigüedad, por lo cual ellos llevaban la barba con distintas finalidades.
Hace más de 5.000 años, durante la época del Imperio Antiguo (3110-2000 a.C), los faraones de Egipto utilizaban perillas artificiales, a menudo de metales preciosos, para dar manifestación óptica a su reivindicación de poder.
También disponían de largas barbas postizas tanto para hombres como mujeres de alto rango.
Una barba real trenzada era frecuentemente expuesta en ocasiones ceremoniales, mientras otros soberanos se dejaban crecer perillas, que rizaban y coloreaban, o a las que añadían hilos de oro. Pero éstos no eran fenómenos puramente egipcios. En efecto, no sólo en el Nilo, sino también entre el Éufrates y el Tigris era habitual demostrar el poder colocándose una barba.
En muchos pueblos, no sólo los reyes sino también los dioses se adornaban con una barba impresionante y un también impresionante peinado.
Esculturas halladas en la antigua Asiria (hacia el 900 a.C.) muestran hombres con una barba que va de oreja a oreja. Los asirios llevaban sus barbas divididas en tiras de tres a cinco pequeños bucles gruesos, que se teñían de negro. Pero no sólo hacían resaltar el pelo de su barba, también se teñían de esta manera las cejas y el pelo de la cabeza. Posteriormente en Persia los hombres aplicaban tonos rojos con los cuales pretendían que sus barbas fueran más llamativas.