¿Sufres Alopecia androgenética?
¿Cuáles son los síntomas que caracterizan a la Alopecia androgenética?
¿Es hereditaria la Alopecia androgenética?
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¿Qué es la alopecia androgenética?
Algunos pelos sueltos en el lavamanos, en el suelo o sobre la almohada no son todavía causa de preocupación. Sin embargo, cuando se pierden diariamente y durante un período de tiempo largo más de cien pelos, se caen a puñados o se forman en nuestra cabeza zonas calvas, hay que empezar a preocuparse por una alopecia.
Las causas pueden ser muchas, ya que la caída del pelo puede deberse a distintos factores, y puede afectar tanto a hombres como a mujeres o niños.
Además de causas genéticas puede haber también causas físicas y psíquicas, porque el pelo es, junto con la piel, un indicador importante de nuestro bienestar anímico.
Alopecia androgenética: Causa genética de la caída del pelo
Cuando ya en la juventud un hombre tiene «entradas», o zonas claras en la región occipital, y las observa también en sus parientes masculinos directos, como el abuelo, el padre o un tío, probablemente sufre de una caída del pelo hereditaria(alopecia androgenética). Esta predisposición se ha de buscar en los genes.
En los hombres el pelo empieza a caerse primero en las sienes y en la frente, aparecen las llamadas «entradas», y con el tiempo se transforman en medias calvas. El pelo se va volviendo cada vez más ralo en la región occipital superior, y aparecen asimismo zonas calvas que van creciendo y uniéndose, hasta dejar únicamente una corona de pelo en la zona inferior de la región occipital y las sienes.
También las mujeres pueden sufrir la caída hereditaria del pelo, alopecia androgenética, aunque menos frecuentemente que los hombres.
En ellas el pelo empieza a hacerse ralo en la zona de la coronilla. La causa es una enfermedad hormonal como base, que habitualmente se acompaña de «señales de masculinización», como una mayor vellosidad en el labio superior, en la mandíbula, en los pezones y en la zona del bikini.
La caída del pelo hereditaria es, pues, la causa más frecuente de una cabeza rala, aunque seguramente habremos podido observar entre nuestros parientes y en el círculo de amistades que no siempre es así.
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